Hilda y Zelda vivían en una colonia junto a su madre y sus hermanos. Cuando las conocimos, apenas tenian un mes y una infección terrible en los ojos. Con paciencia y curas diarias, lograron salir adelante, pero sus hermanos no tuvieron la misma suerte.

No podíamos dejarlas allí más tiempo, así que cuando desapareció el último de ellos, tomamos la decisión de llevárnoslas. Eran inseparables, lo hacían todo juntas y siempre estaban haciendo el cabra. Encontrarles un hogar donde pudieran seguir juntas no fue fácil, pero entonces apareció Lucía.

Hicimos un viaje de seis horas para llevarlas con ella, se adaptaron enseguida y siguen igual de juguetonas (aunque un poco más locas). Ahora son Zowi y Zulema, y comparten su vida con su hermana gatuna Missy ¡que tiene más paciencia que una santa!

Muchisimas gracias Lucía, por darles un hogar perfecto 🫂